En la Segunda Guerra Mundial los submarinos alemanes casi logran cortar por completo los suministros que recibía Inglaterra. Eran cada vez mejores,los submarinos alemanes alcanzaron tal grado de desarrollo técnico y capacidad de ataque durante la Primera Guerra Mundial (un total de 345 de ellos entraron en servicio, hundiendo 6.400 barcos enemigos), que el Tratado de Versalles prohibió a Alemania su construcción. La fuerza naval resultante de las exigencias de dicho acuerdo era tan inofensiva y minúscula —especialmente en comparación con la inglesa— pero sobre todo se cuidó su sistema de comunicaciones, entre el que destacaba la famosa máquina de cifrado “Enigma”
Laila
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